"Según lo manifiesta el nombre que los romanos dieron a este árbol, parece que lo trajeron a Roma desde las cercanías de Cartago, en donde los viajeros le han encontrado con la mayor abundancia. En el día se halla naturalizado en todo el mediodía de Europa. Teme este árbol los fríos, y por esta causa las exposiciones del norte no le son favorables". (Agustín de Quinto Guiu, 1818: 76)

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