Los huevos del salmón son translúcidos y permiten contemplar los ojos del futuro alevín. Durante las primeras semanas viven a expensas del saco vitelino que pende de su vientre hasta que, reabsorbidos todos los nutrientes, crecen lentamente devorando todo aquello que encuentran en el río. Pasados los dos primeros años, habiendo sido pintos, inician el gran descenso que les conducirá hasta el mar.

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      Transferència bancària
      El cistell és buit